La falta de apetito sexual y su relación con el bienestar mental
La carencia del hambre sexual es una problemática de gran calado que afecta a infinidad de personas en la actualidad y, aunque se define como la ausencia casi por completo de deseo o ganas de tener actividad sexual con tu pareja, es algo que conlleva también arraigados factores psicológicos y físicos.
Además, la presión que ejerce la sociedad también puede jugar un rol protagónico en este tipo de problemas sexuales, pues existe un vínculo muy fuerte entre la plenitud mental y el desempeño sexual, así que cualquier tipo de malestar emocional puede generar insuficiencia de deseo sexual y viceversa.
La falta de apetito sexual: sexualidad en el hombre suele estar relacionada a presiones
En el caso particular de los hombres, la falta de apetito sexual es un problema que afecta seriamente su psicología, ya que la capacidad sexual es denominada como un motivo de orgullo o masculinidad y es intrínseca en cada hombre.
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La negativa y el rubor son los dos peores enemigos de los hombres que quieren deshacerse del problema de falta o carencia de apetito sexual, ya que el primer escalón a subir para poder contrarrestarla es enfrentarla y actuar según lo amerite o exija la coyuntura.
La falta de apetito sexual: sexualidad en la mujer suele ser catalogada como “libido” baja
Suele estar muy enlazado a temas psicológicos más que físicos, como la inhibición sexual o la represión de los estímulos sexuales a causa de prejuicios, desconfianza u otro tipo de presunción de algún tercero.
Sin embargo, un grupo reducido de mujeres que acusan tener problemas de apetito sexual, en realidad tienen padecimientos o enfermedades como el colpismo, que físicamente les impide o les anula el poder completar relaciones sexuales placenteras, por lo que es muy recomendable asistir al médico para que se descarten este tipo de problemas o reciba indicaciones para conducir hacia un mejor nivel de disfrute sexual.
Tipos de pérdida de apetito sexual
La carencia de apetencia es catalogada con diversas denominaciones dependiendo del origen y el alcance del problema, siendo las más comunes la primaria, secundaria, generalizada y situacional.
En lo que respecta a la falta de hambre sexual primaria, suele darse mayormente en las mujeres que nunca han gozado del suficiente deseo sexual a lo largo de su vida, inhibiéndose de pensar en fantasías sexuales u otros comportamientos que guardan estrecho vínculo con el acto sexual.
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La penuria de apetito sexual secundaria es la que se les diagnóstica a las personas que sí han disfrutado de su vida sexual normalmente, pero, en algún punto, empezaron a sufrir de la falta de deseo hacia su pareja o amante.
Finalmente, la pérdida de la voracidad sexual situacional es aquella en la que el afectado sí siente apetito sexual hacia otras personas al márgen de su pareja, mientras que la generalizada se refiere a las personas que no sienten deseo sexual por nadie.
¿Cómo se resuelve el problema de deseo sexual?
El tratamiento amerita ser suministrado por un sexólogo, ya que en su consulta tendrá la capacidad de diagnosticar si se trata de un problema psicológico o fisiológico, por lo que te podrá remitir al especialista que sea capaz de tratar la situación adecuadamente.
En este tipo de tratamientos se suelen realizar terapias individuales y en pareja, por lo que ambas partes deben tomar el problema como suyo para poder abordarlo y superarlo de la mejor forma, para evitar recaídas.
Sin duda, los problemas sexuales que afectan a la pareja deben ser tratados como inconvenientes de ambos, aumentan la presión y empeoran el factor sicológico, incluso la interacción social.